Genessis comparte con los que generosamente se asoman a este sencillo portal los momentos de ocio que la vida le regala. Es una miscelánea de cosas simples; pensamientos y poemas, fantasías y pasiones, recuerdos y plegarias, vivencias e impresiones, que se plasma en el reverso de una página compartida con los lectores.
Genessis y sus avatares semejan escenarios de un alegórico estreno de un destino que va usurpando la vida en un tiempo prestado.


viernes, 27 de julio de 2012

Analuz y el Doctor

Su madre la sobreprotegía mucho, sabía muy bien que había nacido con serios problemas congénitos. Se siente culpable porque en el tiempo de la concepción de su única hija tomaba una serie de pastillas abortivas. Su esposo no quería descendencia con ella; así mitigada su desgracia, y los malos tratos que recibía de él ya presagiaban una inminente separación.
Analuz  nunca dejó de ser una niña, nació con un retraso mental, al parecer leve, que le provocaba problemas adaptativos. Asistió a escuelas especiales,  pero no tenía la constancia para alcanzar un nivel más óptimo, sin embargo, sobresalió en la pintura. Era una artista con los pinceles en las manos, talento que la hizo encumbrar por encima de muchos.
Ana, menudita de cuerpo, cabellos dorados y ojos risueños, introvertida y dulce de carácter, jugaba como una niña y poco tiempo le duraba la sensatez de ser ella misma. Quería ser mujer pero su déficit hormonal no le permitía. No tenía ovarios y su útero era apenas un esbozo de una mucosa atrofiada. A los dieciséis años sus pechos no daban indicio de florecimiento, pero ella se ingenió muy bien para parecer que lo tenía. Cada mes, puntualmente, se “sentía enferma”, no iba a la escuela para que todos se enteraran que ella es una chica con ciclos normales.
Josefina, su madre, quería evitar cualquier riesgo que la hiciera sentir mal. Buscó la forma de ayudarla, más bien urgida por sacarse de encima ese sentimiento de culpa que la oprimía. Recurrió a profesionales que le hicieron sesiones de ayuda en su desarrollo psicomotriz que poco o nada cambió, hasta que el doctor Zardelli, un psiquiatra, pareciera que obró con ella un milagro.
El doctor Zardelli, un joven profesional competente y respetado en el ambiente, graduado en la universidad de Oxford. Una complexión atlética generosa le daba una buena presencia, su sencillez, su amplia sonrisa permanente y su cordialidad hicieron de él una persona muy querida. La buena posición económica familiar le permitió cobrar honorarios bajos y así alcanzó fama antes que otros colegas.
Cada semana Josefina dejaba a Ana en la puerta del consultorio. Ana era una paciente muy especial; desde el primer momento cautivó al Doctor con su dulzura y su sonrisa inocente. La llevó a la terapia de la palabra; de contar lo que veía, lo que hacía, lo que le gustaba, lo que rechazaba, lo que pensaba, lo que sentía, lo que deseaba... Era el tiempo donde afloraba todo el inconsciente y le permitió manifestarse con total libertad y, por lo tanto, paulatinamente, aparecían los sentimientos y los deseos más íntimos. Era también el tiempo de expresar las figuras de la sexualidad; sus características, sus posibilidades, sus límites, sus finalidades y sus goces. Esos discursos se desplegaban de los más simples a los más complejos.
Era una técnica y un incentivo que la ayudaba a producir y a reflotar sus posibilidades desde la singularidad de su carga genética como persona. Fueron sesiones muy bien elaboradas que condujeron a Ana a lograr un mínimo acuerdo interno, constante, y así pudo pensar, sentir, decidir y obrar por sí misma. Los logros obtenidos dejaba suficientemente satisfecho al doctor Zardelli.
Las sesiones le transportaba a Ana en el mundo real en la que ella está ausente; en ese mundo “irreal” era ella sin ese cuerpo y sin esa mente que la limita y que no la deja pensar y soñar como una joven cualquiera.
El Doctor iba creando en ella las expresiones de la sensualidad acorde a su edad cronológica, fue naciendo y creciendo su sexualidad acompañada de un atisbo de erotismo sano. Por primera vez sintió que su cuerpo vibraba de una forma diferente y podía sentir cariño hacia alguien que no fuera su madre. El Doctor la orientó a abrirse, a palpar y a gustar de sus emociones, de sus sentimientos, de su instinto y del amor; ella comprendió que podía amar a un chico de su edad pero no quiso.
El doctor Zardelli llevó tres años con ella una terapia impecable, pero llegó un momento en que cayó en las redes de Cupido y se dejó atrapar por los encantos de Ana que se estaba despertando a los primeros ardores de la pubertad y la libido que empezaba a florecer en sus entrañas.
Ana se hizo dependiente de las palabras del doctor. Era su todo. Con él tenía la sensación de estar flotando sobre un apacible campo de flores.  Sintió hacia él un cariño que anuló totalmente cualquier otra manifestación de afecto. Cada vez que pensaba en él un fuerte espasmo sentía en el vientre y se cruzaba las piernas apretando su sexo. Era el grito de su cuerpo que se despertaba ante la pulsión del instinto que fue descubriendo e interpretando de a poco con las palabras reveladoras del médico en las repetidas sesiones.
Un día al despedirse, Ana le estampó un beso en la mejilla, cosa que jamás había hecho con nadie. El doctor  Zardelli vio que Ana dio un salto, - de niña a mujer-, la tomó de su brazo y la atrajo a sí, sin resistencia, la miró de cerca y bebió de sus ojos crispados y cautivantes licores de deseos; acercó suavemente sus labios a los de ella y ahí quedaron unos segundos que parecían eternos. Ella se convirtió en una libélula y a partir de entonces no tuvo otro pensamiento ni otro querer que no sea él. Se había enamorado de su doctor.
Ana acaba de cumplir 19 años y la única persona con quien podía estar hablando todo el día es Santiago, “su Doctor”. Había hecho de su vida una simbiosis perfecta y excluyente, sin él no era nadie, apenas una niña de once años, con él era una chica enamorada.
Cada sesión, quizás la más curativa y más bella era el final cuando se daban efusivos  besos en la boca. Una tarde ella sabía que será diferente, estaba preparada, ella lo propuso, lo habían acordado, ella quería, quería sentirse mujer…. Amó y fue feliz.
Cuando cerró la puerta del consultorio y se dirigió a la calle una amplia sonrisa floreció en sus labios; allí adentro dejó su alma de niña y su cuerpo virgen entre los archivos secretos del Doctor.


ABBA fue un grupo sueco de música pop que ganó popularidad internacional con melodías pegadizas, letras simples y voces femeninas cautivantes en las décadas del 70 y 80. A mí me sigue gustando…

Chiquitita dime por qué tu dolor hoy te encadena
en tus ojos hay una sombra de gran pena,
no quisiera verte así aunque quieras disimularlo…


martes, 24 de julio de 2012

El portero de fútbol


Mario, Luis, Héctor y José, de nueve, diez, once y doce años respectivamente fueron a jugar a la pelota con Ismael en el patio del frente. Improvisaron una cancha justo donde el pasto con la lluvia del verano hacía una bella alfombra verde. Crearon un equipo de dos y dos y el portero, Ismael de apenas seis años, que tenía que correr y lanzarse a ambos extremos tratando de alcanzar el balón que los otros arremetían contra su arco con toda furia.

Sudorosos y cansados hicieron un breve receso y se sentaron en el césped, mientras Ismael fue a buscar agua fresca en la casa.  En ese ínterin Luis vio que algo se movía en zig zag por debajo muy cerca de ellos; miraron sigilosamente y vieron que una culebra o algo parecido, negro y diminuto, iba cruzando la cancha. Al unísono decidieron que era el momento de ejecutar una hazaña nunca hecho antes para contárselos después a sus padres. Se armaron de piedras y palos y golpearon al intruso visitante. Lo dejaron “muerto” y lo escondieron. Los cuatro combinaron hacer una broma a Ismael, dejando la pelota muy cerca del animal. No imaginaron que el pequeño reptil estaba sólo mal herido y aún dispuesto a inyectar su mortífero veneno.

Ismael sintió que pisó algo blanduzco y un pinchazo en el pie. El pobre niño saltó cuando vio que algo negro se metía entre sus dedos y con el susto perdió apoyo y cayó sobre la serpiente moribunda que le dio otro ataque certero.

El niño envuelto en pánico, llorando echó a correr desesperadamente hacia la casa donde estaba su madre. Angélica, sobresaltada por el grito de su hijo salió y lo recibió en sus brazos pensando que el balón de cuero le había golpeado la cabeza, razón por la que no quería que saliera a jugar con los niños más grandes que él. Lo llenó de besos, lo sentó en un sillón y le dijo: -hoy ya no saldrás a jugar con ellos.

Ismael temblaba de espanto, veía aún bajo sus pies  aquella pequeña bestia enroscada. No podía pronunciar palabra alguna, estaba aterrorizado. Echaba una mirada a sus pies descalzos buscando deshacerse de aquel pinchazo. Un dolor agudo nacía de los dedos del pie izquierdo, dolor que comenzó a invadir todo el pie.

Angélica, una madre joven e inexperta en criar niños, no sabía qué hacer…corrió a la casa del vecino contando su pena. Don Gabriel más listo en crianzas decidió; puso en marcha la vieja camioneta Nissan y se dirigieron velozmente por aquel camino de terraplén unos 30 kilómetros  hasta llegar al hospital. El camino de tierra para salir de la granja se hizo más largo que nunca.  Angélica miraba a su hijo inocente y tembloroso y empezó a odiar el juego de la pelota y a los hijos de sus vecinos.

Ismael sentía que el dolor aumentaba en el pie, una sensación de entumecimiento le invadió, y movía la pierna ya con dificultad; una extraña  sed le devoraba y un fuego le quemaba la garganta. Durante un instante contempló a su madre y sólo alcanzó a decirle: - no veo nada mamá, no veo nada….. Quedó extenuado y lívido.

En el hospital los médicos, al examinarlo,  vieron dos puntitos violeta  que casi explotaba por la monstruosa hinchazón del pie. La piel iba tomando un color morado y parecía adelgazarse de lo tensa que estaba. El diagnostico del médico fue escueto: - el niño ha tenido una mordedura de víbora, haremos todo lo posible…
Angélica con voz quebrada y llorosa suplicaba: -tienen que salvar a mi niño, tienen que salvarlo!

Las medicaciones no pudieron contrarrestar la invasión acelerada del veneno en el cuerpo del pequeño que ya empezó a marcar unas manchas moradas que subía de las piernas al vientre y el pecho. Los dolores espasmódicos se sucedían y la atroz sequedad de la garganta parecía aumentar. La fuerza del vómito le producía más dolor en el cuerpecito y aún así pretendía incorporarse asiéndose de la mano de su madre.  Ella le miraba exhausta sin poder creer lo que acontecía.

La respiración se convirtió en un estertor cada vez más angustiante! En menos de tres horas Ismael cesó de respirar.

El sol ya se había ocultado afuera, los cuatro niños muy callados se fueron a sus respectivas casas. Antes habían sepultado muy bien el cuerpo del delito y se aseguraron de dejarlo bien muerto. Nunca dijeron nada; era un secreto y toda la vida evitaron jugar al fútbol en aquel patio baldío.

Pasaron 20 años de aquel triste episodio y sólo ellos sabían que aquella broma de mal gusto acabó con la vida de un prometedor portero de fútbol.

miércoles, 18 de julio de 2012

A mi manera...

imagen tomada de la red

Soy una persona sumamente sensible y preocupada de no dañar nunca a otras. Vivo el momento presente, y creo que el tiempo justo es ahora. Busco la excelencia en mi trabajo, aunque no siempre consigo.
Soy tímida, romántica, pragmática y medianamente feliz. A veces muy seria, lúcida e inteligente. Simpática y con sentido del humor cuando me provocan. Internamente muy apasionada y generosa de corazón.
Sé hacerme compañía en la soledad y disfruto de las cosas espirituales. No obstante, me gusta distraerme con los sentidos; escuchar música, disfrutar de una buena lectura, una película romántica, un teatro, un concierto o un baile de tango.
Me encantan las cosas prohibidas como las pastas, los dulces y chocolates.
Me gusta compartir una buena charla, me gozo en las transgresiones que no ofenden. Me apasionan los pequeños desafíos intelectuales y psicológicos y leer lo que me emociona y lo que me enseña cosas nuevas.
Me gusta escribir como si fuera la única forma de comunicación. Soy curiosa y a veces imprudente, me atraen las cosas insólitas y exóticas.
Me tienta la idea de vivir algo diferente, inusual y pasar de incógnita. Me regodeo siendo cómplice con mis recuerdos, sueños y secretos.
Así soy yo, a mi manera...

Tal vez lloré, tal vez reí,
tal vez gané o tal vez perdí
ahora sé que fuí feliz, que si lloré también amé
y todo fue, puedo decir, a mi manera.


lunes, 16 de julio de 2012

Edades....



Cada edad tiene su desarrollo, sus obligaciones, su gracia, sus virtudes, sus defectos, su belleza y su satisfacción intrínseca, pero sin duda su grado de dificultad.

La edad entre los 20 y 25  surge con una personalidad independiente, idealista, capaz de todo, casi descontrolada. Es la etapa que puede ser extrema; treparse en altos objetivos o ir por la pendiente baja. Se cree que el mundo está bajo los pies.

Entre los 25 y 30, es la plenitud. Interesan las personas y la felicidad de uno mismo. Generalmente se definen las elecciones; profesiones y estilos de vida. El mundo gira al ritmo de uno.

Entre los 30 y 40,  la clarividencia de la razón va a la par de la sensatez del corazón, se es más consciente, generoso y creativo. Es la plenitud gozosa. Se tiene el mundo en las manos.

De los 40 a los 50, es el tiempo de la afirmación, de cuidar lo que se tiene y de hacer algunas cosechas. Es el aplomo sereno de la madurez. El mundo camina al lado de uno.

De los 50 a los 60, la experiencia es el motor de todo, es la síntesis obligatoria para avanzar. La vida empieza a sumarse. Hay que saber perder. El mundo comienza a girar sobre la cabeza.

De los 60 a los 70, se impone la interiorización de nuevos roles y la adaptación a nuevas formas de comportamiento. Comienza la delimitación del ámbito aunque las posibilidades siguen abiertas, especialmente, en el quehacer intelectual-creativo. El mundo comienza a correr y gira muy a destiempo….

De los 70 a los 80..., comienza la declinación patente en el ámbito biológico; algunos ajustes son obligatorios. Es una etapa en la que se da un claro cambio en las facultades generales. Las intervenciones y las elecciones ya van siendo restringidas. El mundo es mucho más exigente, casi incomprensible, no se detiene, mientras uno va quedando atrás….

Todos tenemos una base común que nos mueve pero las experiencias nos hacen  diferentes. Depende de cómo conjugamos y equilibramos la inteligencia, la voluntad, la sensatez, los talentos, los sentimientos, las pasiones y las oportunidades.

viernes, 13 de julio de 2012

Te quiero sin palabras

Cada vez que navego tus orillas,
una revolución agolpa mi espacio,
entonces comulgo
tu oleaje muy despacio.

Soy mar, río, agua dulce
sosegada habitando mi ribera,
tú el embalse que apeligra mi cauce,
arrebatos y mareas que en mi agua se diluye.
Quiero decirte /te quiero/ sin palabras.


 

martes, 10 de julio de 2012

El secreto de una dama



Cada tarde se subía en el mismo colectivo a las cinco puntualmente. A veces faltaban pasajeros, pero nosotras estábamos firmes ocupando dos asientos diferentes. La Línea 38 era el sitio de una cita diaria y perfecta para el anonimato. Ni la lluvia, ni el frío ni el calor de casi todo el año nos impedía tomar el mismo bus. Yo descendía frente al Hotel Guaraní para proseguir hasta la Universidad Católica y ella seguía no sé hasta dónde.

Fueron años en que nos veíamos la cara diariamente; ella no sabía nada de mí ni yo de ella. Apenas cruzábamos algunas miradas y saludos de cortesía. Podríamos haber cultivado una amistad, pero nos faltó coraje para romper la barra de hielo que nos distanciaba.

Cuando ella subía al ómnibus su rico perfume Chanel se expandía. Era una mujer especial, su porte traslucía una clase social cultivada, bien parecida y elegante, y no sobrepasaba los treinta años. Cada día su largo cabello rizado color azabache tenía distintos arreglos; a veces lo llevaba recogido con un enorme moño que combinaba con el color de su ropa o simplemente olía a shampoo de manzanas recién usado. Su piel fresca y tersa denotaba pulcritud. Sus ojos verdosos, cejas bien delineadas, labios carnosos que cambiaban de colores, resaltaban su rostro. Sus manos largas y finas remataban con unas uñas pintadas con colores vivos y brillantes. Vestía ropas ceñidas al cuerpo y a veces faldas muy cortas que hacían sobresalir sus largas piernas morenas y sus caderas angulosas. Carteras de charol de diversos colores y tamaños realzaban su atuendo diario y unos lentes de sol simulaban un adorno más en la cara.

Pagaba su boleto y luego se recluía en un asiento cualquiera. Su postura rígida hacía de ella una efigie de diosa helénica sentada estoicamente; nada la sacaba de su mutismo y nunca se dibujó en sus labios una leve sonrisa. Iba abstraída, inmutable y triste. Parecía cargar en sus hombros el peso del día o, tal vez, el peso de la noche que la esperaba. Sólo ella sabía el sinsabor o el placer de su secreto.

Mi sigilosa observación sobre ella era simple y drástica a la vez: no era feliz.

¿A dónde iba cada tarde?, me preguntaba y divagaba en mi ingenua especulación sobre la vida de esta extraña dama. Me inventaba cien preguntas tratando de encajarla en uno de esos oficios comunes;  ¿enfermera?, ¿oficinista?, ¿escribana?, ¿abogada?, ¿masajista?, ¿camarera de hotel?, ¿mesera en algún restaurante?, ¿ama de casa?, ¿estudiante?, ¿casada?, ¿madre soltera?... Tanta incógnita no tenía nada que ver con el trabajo que iba a cumplir cada noche a 40 kilómetros de su casa.

Una tarde cualquiera, caminando por una de las antiguas calles de Asunción, cuando el sol ya estaba ocultándose, pasé frente a una llamativa puerta, desde donde se reflejaba unas luces rojas; allí estaba la misteriosa mujer. Era ella, presumida y exuberante. Disimulé mi mirada y ella hizo lo mismo, esquivándome.

Ya no había nada que ocultar. Estaba esperando los clientes de la noche.


A ti, que tienes algo que decir y estás callada.
A ti, que te negaron el amor y estás cansada.
A ti, que empiezas a vivir. Y a ti, que no te queda nada.


martes, 3 de julio de 2012

Genessitando...


Una de las cosas que me propuse al abrir el blog fue compartir todo aquello que es “compartible” y compatible con un posible lector benévolo. No creía tanto que pudiera prosperar, pero he aquí que van 100 entradas. En los últimos años recorriendo países y leyendo vi que se hacía mención a los 100 primeros días de un nuevo Gobierno. Quizá el significado sea que en cien días ya se debe vislumbrar una pequeña esperanza de progreso o en el peor de los casos, la deriva al fracaso. Esto lo del blog no tiene nada que ver con eso, pero se me ocurrió compartir con los lectores unos ítems que un amigo bloggero me había hecho llegar para contestar pero nunca lo hice. Hoy haciendo honor al número 100 va algo de lo que soy.

1.    Nombre: miras el cielo de noche y me verás.
2.    Signo zodiacal: sagitario.
3.    Pelo: lacio y castaño, con canas que aceleradamente van ganando terreno. No me preocupan porque mi abuela decía que las canas eran signos de sabiduría.
4.    Ojos: castaños
5.    Altura: 1.67
6.    Medidas: 90-60-90, claro cuando tenía 25 años, ahora lo he duplicado…
7.    Cumpleaños: solo son aniversarios.
8.    Edad: 15 15 15 15 15, así en binario, se pueden sumar o restar a gusto, cualquier edad me viene bien…
9.    Estado: comprometida.
10. Familia: un ejército de gente buena, laboriosa y honesta.
11. Ascendencia: Catalanes; ellos no me necesitan.
12. Hijos: ninguno, pero cuidé tantos críos ajenos.
13. Estudios: estudié tantos años y me avergüenza ser analfabeta en tantas cosas  (soy enfermera, profesora, teóloga, licenciada en ciencias de la educación y magister en administración educacional).
14. Países donde has vivido: Paraguay, Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Chile, Croacia, Italia.
15. Mejor rasgo: los labios, eso me dicen, y un par de sinuosidades que se resisten a esconderse.
16. Una flor: la rosa roja.
17. Color preferido: azul.
18. Mes del año: diciembre.
19. Día de la semana: sábado.
20. Hora del día: 22:00, tiempo de ocio.
21. Estación favorita: invierno, el verano me trae alergias.
22. Lentes: compañero inseparable.
23. Dulce o salado: dulce y salado.
24. Bebida: agua.
25. Comida favorita: la que prepara mi madre.
26. Una fruta: la uva
27. Alcohol: no, gracias, solo por cortesía.
28. Fumas: probé cuando tenía 14 años, no prosperó, quería ser una chica sana.
29. Piercings: son para adolescentes.
30. Tatuajes: me gusta la piel limpia.
31. Perfumes: moon dross de revlon (ya no existen)
32. Miedos: a las enfermedades.
33. Algún vicio: los dulces y el mate.
34. Libros: tantísimos, siempre releo Caleidoscopio de C. Vallés.
35. Películas: aquellas que te dejan el sabor de un buen arte.
36. Canción: muchas, las que luego vas repitiendo por dentro.
37. Deportes: gimnasio a veces.
38. Animales: gatos, peces y pájaros.
39. Viajes: varios, pendientes unos cuantos, deseos muchos.
40. Amistad: fuente de bellas sensaciones y necesarias.
41. Te gusta conducir: no, mejor con chófer.
42. Estuviste en un choque de autos: por desgracia si, hierba mala nunca muere…
43. Tren, bus, nave o avión: tren y avión.
44. Deporte favorito: patinaje sobre hielo. Verlo, claro.
45. Playa o Montaña: prefiero la llanura.
46. Lugar preferido: la casa de campo de mis abuelos.
47. Ciudad preferida: Buenos Aires, Roma.
48. Qué hay en las paredes de tu habitación: Varios cuadros y fotos.
49. Alguna despedida especial: cuando salí de mi casa a los 17 años.
50. Flores o bombones para tu cumpleaños: las dos cosas.
51. Conformista o inconformista: depende con qué.
52. Tímida o extrovertida: tímida.
53. Las tormentas te gustan o te asustan: Me dan miedo.
54. Lo primero que piensas cuando despiertas: ¿habré puesto bien el despertador?
55. Qué harías si te tocase la lotería: Depende cuánto. Tantas cosas…
56. Echas de menos a alguien: sí, a mi padre.
57. Disney o Warner Bros: La pantera rosa, por siempre!!! No quiero perder la inocencia de reírme de las cosas simples.
58. Salsa o rock and roll: me encantan los dos, buen movimiento a rabiar…
59. Roberto Carlos o Julio Iglesias: Roberto Carlos es el ídolo de mi adolescencia. tiene canciones muy entrañables.
60. Hobby: leer, coleccionar boletos capicúas, escribir poemas y cuentos...
61. Frase favorita: “haz de mí un instrumento de tu paz”, ( de s. Francisco de Asís)
62. Religión: católica, la que aprendí de mi familia, luego asumí como mía.
63. Jesucristo: mi jefe.
64. La iglesia: una institución con luces y sombras.
65. El Papa: merece mi respeto, pero no soy papista, Benedicto XVI es una persona preparada, pero hubiera sido diferente si conociese la teología de la liberación al lado de los pobres.
66. Los curas pedófilos: debilidad incontrolada, error fatal.
67. Las monjas: algunas son divinas. Conozco a muchas buenas, santas y misioneras sacrificadas.
68. Divorcio: una solución cuando la convivencia ya no tiene sentido.
69. Nuevas nupcias: todos merecen buscar su felicidad.
70. La fidelidad: una opción de cada momento, hay que cultivarla.
71. La castidad: difícil pero no imposible.
72. Un deseo: que haya paz, justicia y trabajo para todos.
73. Sueños: un zafari en Sudáfrica.
74. Trabajo: necesario y dignificante. Con el sudor de tu frente ganarás el pan de cada día….
75. Crisis económica: resultado de los malos gobiernos.
76. Juventud: divino tesoro, imposible dejarlo partir…
77. Te has lamentado de haber hecho algo: claro, de no haberlo hecho a tiempo…
78. Materia pendiente: un título de doctorado.
79. Amor: el sentimiento más bello e incomprensible.
80. Amar o que te amen: las dos cosas, claro, amor con amor se paga...
81. Primer beso: sabor a saliva y cigarrillo.
82. Te rompieron el corazón alguna vez: tantas veces, luego lo envolví con agua.
83. Y tú lo rompiste: eso me dijeron, no estoy tan segura
84. Fuiste infiel: nunca.
85. Te fueron infiel: nunca contraté al FBI.
86. Perdonarías una infidelidad: sí, nadie es perfecto.
87. Nunca harías por amor: odiar a alguien.
88. Lloraste por amor: ya perdí la cuenta.
89. Locura más grande por amor: una mentira.
90. Cita ideal: un encuentro en la luna.
91. Amor platónico: existe y es capaz de derretir el corazón.
92. Romántica: sorpresiva y espontánea.
93. Has besado a un extraño: el primer beso fue con un extraño, el segundo ya sabía quién era.
94. La persona que mejor te ha besado: se llama como mi padre.
95. Qué cambiarías de tu vida: Ahora mismo nada.
96. Te gustaría ser otra persona: suficiente con la que soy.
97. Algo que tienes puesto siempre y no te lo quitas: los lentes y una cadenilla.
98. Eres feliz: Intento cada momento, cuando se me escapa corro tras ella, no permito que me deje por mucho tiempo…
99. Cómo te ves en el futuro: una anciana dulce y soñadora…
100. Los bloggeros: un espécimen divino…



La fuerza que nos das y el deseo de amor que cada uno encuentra alrededor y dentro de sí, este es mi ruego, que nos acerquemos a ti, y la fe que has encendido en nosotros siento que nos salvará…