Sudorosos y cansados hicieron un breve receso y se sentaron en el césped, mientras Ismael fue a buscar agua fresca en la casa. En ese ínterin Luis vio que algo se movía en zig zag por debajo muy cerca de ellos; miraron sigilosamente y vieron que una culebra o algo parecido, negro y diminuto, iba cruzando la cancha. Al unísono decidieron que era el momento de ejecutar una hazaña nunca hecho antes para contárselos después a sus padres. Se armaron de piedras y palos y golpearon al intruso visitante. Lo dejaron “muerto” y lo escondieron. Los cuatro combinaron hacer una broma a Ismael, dejando la pelota muy cerca del animal. No imaginaron que el pequeño reptil estaba sólo mal herido y aún dispuesto a inyectar su mortífero veneno.
Ismael sintió que pisó
algo blanduzco y un pinchazo en el pie. El pobre niño saltó cuando vio que algo
negro se metía entre sus dedos y con el susto perdió apoyo y cayó sobre la
serpiente moribunda que le dio otro ataque certero.
El niño envuelto en pánico,
llorando echó a correr desesperadamente hacia la casa donde estaba su madre.
Angélica, sobresaltada por el grito de su hijo salió y lo recibió en sus brazos
pensando que el balón de cuero le había golpeado la cabeza, razón por la que no
quería que saliera a jugar con los niños más grandes que él. Lo llenó de besos,
lo sentó en un sillón y le dijo: -hoy ya no saldrás a jugar con ellos.
Ismael temblaba de
espanto, veía aún bajo sus pies aquella pequeña
bestia enroscada. No podía pronunciar palabra alguna, estaba aterrorizado.
Echaba una mirada a sus pies descalzos buscando deshacerse de aquel pinchazo. Un
dolor agudo nacía de los dedos del pie izquierdo, dolor que comenzó a invadir
todo el pie.
Angélica, una madre
joven e inexperta en criar niños, no sabía qué hacer…corrió a la casa del
vecino contando su pena. Don Gabriel más listo en crianzas decidió; puso en
marcha la vieja camioneta Nissan y se dirigieron velozmente por aquel camino de
terraplén unos 30 kilómetros hasta
llegar al hospital. El camino de tierra para salir de la granja se hizo más
largo que nunca. Angélica miraba a su
hijo inocente y tembloroso y empezó a odiar el juego de la pelota y a los hijos
de sus vecinos.
Ismael sentía que el dolor aumentaba en el pie, una sensación de entumecimiento le invadió, y movía la pierna ya con dificultad; una extraña sed le devoraba y un fuego le quemaba la garganta. Durante un instante contempló a su madre y sólo alcanzó a decirle: - no veo nada mamá, no veo nada….. Quedó extenuado y lívido.
En el hospital los
médicos, al examinarlo, vieron dos
puntitos violeta que casi explotaba por
la monstruosa hinchazón del pie. La piel iba tomando un color morado y parecía
adelgazarse de lo tensa que estaba. El diagnostico del médico fue escueto: - el
niño ha tenido una mordedura de víbora, haremos todo lo posible…
Angélica con voz
quebrada y llorosa suplicaba: -tienen que salvar a mi niño, tienen que
salvarlo!
Las medicaciones no
pudieron contrarrestar la invasión acelerada del veneno en el cuerpo del
pequeño que ya empezó a marcar unas manchas moradas que subía de las piernas al
vientre y el pecho. Los dolores espasmódicos se sucedían y la atroz sequedad de
la garganta parecía aumentar. La fuerza del vómito le producía más dolor en el
cuerpecito y aún así pretendía incorporarse asiéndose de la mano de su madre. Ella le miraba exhausta sin poder creer lo que
acontecía.
La respiración se
convirtió en un estertor cada vez más angustiante! En menos de tres horas
Ismael cesó de respirar.
El sol ya se había ocultado
afuera, los cuatro niños muy callados se fueron a sus respectivas casas. Antes
habían sepultado muy bien el cuerpo del delito y se aseguraron de dejarlo bien
muerto. Nunca dijeron nada; era un secreto y toda la vida evitaron jugar al
fútbol en aquel patio baldío.
Pasaron 20 años de
aquel triste episodio y sólo ellos sabían que aquella broma de mal gusto acabó
con la vida de un prometedor portero de fútbol.
Qué tierna y triste historia!
ResponderEliminarLa sola mención a la muerte de un niño genera una olada de pena y congoja aunque se trate de una ficción. Ningún niño debería sufrir, y ningún padre debería sobrevivir a sus hijos.
Un beso grande
James
EliminarLa vida es así con sus luces y sus sombras. La idea de la muerte siempre es un tema difícil de enfrentar, y más si se trata de vidas jóvenes o de niños.
Gracias por venir,
va otro beso para ti.
Hola Genessis.
ResponderEliminarUn angustioso y triste relato. Así somos las personas en ocasiones, intentando ocultarnos, evitar nuestra responsabilidad de ciertos actos y malas decisiones, sean hechos con mala fe o sin ella... Huyendo, escapando de la culpa, el castigo, y la vergüenza.. pero nunca se podrá escapar de uno mismo, ni de nuestra propia conciencia a poca que se tenga.
Un final esperado, aunque hasta entonces siempre queda la esperanza de curación. Pero así es la vida, otra cosa son las fantasías y las películas de Hollywood, que siempre acaban bien.
Una de mis primas se llama Angélica, con dos pequeños de esa edad. Uff .. me ha resultado muy angustioso, solo leerlo y pensarlo.
Un precioso angelito portero jugando al fútbol en el cielo.
Un besazo amiga.
Querido Oscar
EliminarUn gusto verte por acá. Tu comentario siempre agrega una reflexión muy sentida y real, por lo que te agradezco.
Este breve relato muy triste fue un hecho de la vida real. Yo tuve la suerte de haber trabajado en zonas rurales en algunos paises del sur, lo que me dio muchas experiencias muy buenas e inolvidables y también vivencias muy difíciles y tristes como este episodio.
Un abrazo cálido
Génesis, tu relato me enganchó, es triste, pero pienso que son historias o hechos que suceden cada día, y en cualquier lugar del mundo, el destino no le concedió esa oportunidad de jugar en un gran equipo de 1ª, lamentable, pero es así....triste y sensible historia Génesis, un beso amiga desde mi orilla.
ResponderEliminarCaro Marengo
EliminarGracias porque regresaste. Siempre es bueno y agradable encontrar huellas de alguien que pasó dejando plasmado sus palabras.
Va para ti un beso también desde mi orilla,
a tu orilla
A mi también me hizo mella. Lo encuentro tan bello como real y posible. Lo cierto es que el nene murió, y por cosa de niños!
ResponderEliminarQue duro sería para la madre si supiera la verdad.
Besos
Besos linda porque pasaste y dejaste tu comentario.
EliminarNos leemos.
Olá Genessis,
ResponderEliminarBelíssima história como também comovente. Uma brincadeira de criança sem maldade leva a vida de um inocente... Algumas brincadeiras de mal gosto e irresponsável pode trazer consequências irreparáveis.
Beijos na alma.
Olá Si Arian
EliminarÉ querida deste modo, as crianças têm a inocência delas que você eles não tem é prever as conseqüências, eles só vivem o presente... todos nós passamos esses momentos de jogos, piadas e inocentadas misturado com um pouco de maldade pequena...
um abraço
Olá querida, no meu blog tem um presentinho para o seu blog, é um selinho que indiquei. É no post "Blog Divo".
ResponderEliminarBeijos na alma.
Cara Si Arian
EliminarMuito grata agora, eu já li isto e muito encantada e muito feliz de ser escolhido entre seus leitores.
um abraço forte
Paz e bem!
Hola niña buenos dias.
ResponderEliminarTierna, triste, conmovedora y real historia.
A veces los chiquillos actuan así. para ellos solo era una broma, seguramente una de tantas que se habrían gastado a diario, pero esta vez tuvieron mala suerte.
Seguramente el remordimiento hará que nunca les guste el futbol y menos aún las bromas.
Un grande baccio bella
Hola Wapo, buenos días!
EliminarAnte este tema real y triste, me faltan palabras como para seguir agregando sentimientos....
Gracias Orthos por tu fiel visita.
Un beso
Hola, genessis, te leí ayer cuando recien publicaba este triste relato, pero me emocioné y me fui sin comentar.Me trajo malos recuerdos de la adolescencia. Un primo mío muy querido fue un día a acompañar a cazar a un chaval de 14 años.No regresó vivo. El otro dijo que se le disparó la escopeta. El caso es que mató en el acto a mi primo.
ResponderEliminarLos niños no son angelitos como nos dicen; son verdaderos demonios que no idean nada bueno. Por eso hay que estar encima de ellos para controlarlos.Un beso
Hola Juan
EliminarPenoso hecho lo que cuentas, es uno de esos que sólo al recordarlos te hiere el alma y nunca llegas a entender por qué sucedieron así....
No creo que los niños sean demonios (sé que lo dijiste como una metáfora) sino que hacen las cosas sin una reflexión previa y sin medir tampoco las posibles consecuencias, cosa que los mayores, generalmente lo hacemos o estamos "obligados" a hacer.
Que tengas un lindo día Juan
Va un fuerte abrazo para ti
Me recordó a mi infancia, pero sólo en la parte del futbol :D.
ResponderEliminarMe ha gustado el relato, me ha enganchado; poco a poco se va haciendo más aterrador.
Besos
Caro Henry
EliminarMe gusta que te hayas enganchado, a pesar del contenido aterrador....
Sí, yo recuerdo tu infancia, te gustaba mucho el fútbol.....y sólo el fútbol, yo estaba muy cerca y nunca me miraste.....
Un beso
jajaja, no me gustaba :P pero si había que jugar al fútbol se tenía que jugar. Me gustaba más dejar volar mi imaginación: ¿No te acuerdas cuando me subí en aquella nube amarilla?... igual no eras tú a la que miré :D
Eliminarbesos
usssssssss, qué desilusión!!!!!!
Eliminarhabía pensado que esa nube amarilla la hice yo con las burbujas de jabón con la que estaba jugando.....
Siempre supe que existió antes que yo esa tal........
Besos wapo
arrivederci!!
Cualquier rato en ciertos lugares del mundo, víboras, X, o matacaballos, arruinan la vida de muchas familias y el (futuro futbolístico de muchos niños). Al pasar del campo a la ciudad se consiguió mitigar el miedo a las serpiente y como una muda de víbora desapareció. Pero aún en muchos lugares del mundo un rato cualquiera puede cruzarse uno de estos ofidios y tras molestarlos te pueden fastidiar la vida.
ResponderEliminarLa mente de un niño puede actuar como una calculadora o como la caja de Pandora una vez abierta, nunca se sabe.
Gran relato amiga, un abrazo.
Hola Jorge
EliminarTienes mucha razón en lo que dices, todavía hay muchos lugares donde abundan esos fastidiosos animales y son bien astutos...
Los niños, la astucia que tienen, depende del contexto social y la cultura en la que está inmersa, pero generalmente, hay un sentido común que los hace imprevisibles...
Gracias por tu apreciación
Un beso cálido
Que bella historia que supongo que en algún lugar puedo y puede ser real. En todas las generaciones a través de una broma se han generado grandes desgracias. Por ello debemos inculcarnos como prudentes a la hora de disfrutar de una carcajada fácil, ya que tras de ella podemos ocultar una situación no grata. Querida Génessis me alegra volverte a leer y a disfrutar de esas casualidades que nos aporta la vida.
ResponderEliminarUn abraciño,
Rosa María Milleiro
http://poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com.es/
Rosa María
EliminarNo sé por qué me honra mucho tu visita, será por que intuyo que eres una gran mujer y estoy segura que no me equivoco.
Eres muy amable con tu comentario,
sabes que asíduamente visito tu blog y me regodeo con tus bellos poemas.
Un abraciño, me gusta asi...
Genessis:
ResponderEliminarUna triste historia, surgida de la intrepidez y la inconsccinecia de la niñez.
Me trajo a la memoria el recuerdo de aquellos chicos, de mi generación, que se fueron muy temprano; por causa de accidentes más que previsibles.
Aunque uno tiende a no creer que esto sucede, por desgracia es bastante común.
Lo has relatado de modo más que convincente, seguro del modo en que tal hecho ocurrió.
Un abrazo.
Arturo
EliminarMi fiel lector, sé que siempre eres muy amable.
El mundo de la niñez, a veces es una caja de pandora, pero sin maldades, sólo son imprevisibles, no piensan ni vislumbran las posibles consecuencias. No tienen aún la experiencia; esa la vamos acumulando los mayores...
Va otro abrazo para ti