Cuando todos se hayan
alejado y te quedas solo en ese lúgubre espacio,
entonces habrá llegado el
tiempo de la libertad
y el tiempo suficiente para decir y hacer
lo que nunca
nos atrevimos.
Habrá el coraje de expresar lo que realmente
sentimos y soñamos,
pero ¿habrá quien nos escuche y nos entienda?
Entonces, mejor aquí y
ahora y sin etcéteras.
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