En el empeño cotidiano aprendemos a
formarnos y también a deformarnos y reformarnos.
El camino es arduo y resulta más
apacible si tenemos modelos claros y con quien dialogar y discernir los
avatares de la vida.
La virtud, la bondad y la verdad están al alcance de
todos.
Siempre hay amistades, trabajos, proyectos y experiencias que nos
enriquecen en nuestro crecimiento.
El “estréllese contra sus propios errores,
no hay forma de evitarlos” es un consejo mezquino.
No estamos destinados a cabalgar en solitario por la vida.
Genessis comparte con los que generosamente se asoman a este sencillo portal los momentos de ocio que la vida le regala. Es una miscelánea de cosas simples; pensamientos y poemas, fantasías y pasiones, recuerdos y plegarias, vivencias e impresiones, que se plasma en el reverso de una página compartida con los lectores.
Genessis y sus avatares semejan escenarios de un alegórico estreno de un destino que va usurpando la vida en un tiempo prestado.
Genessis y sus avatares semejan escenarios de un alegórico estreno de un destino que va usurpando la vida en un tiempo prestado.
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