Supone un ejercicio dedicado y cotidiano porque a veces uno encuentra paredes infranqueables y manos tentadoras que más bien te ayudan a bajar la pendiente y no a elevarte.
En esa encrucijada está la génesis de la derrota o el principio de las virtudes.
“Comencemos hoy, que no hemos hecho nada todavía”
(San Francisco de Asís).
¡Corcho, qué bonito...! Pasaba por casualidad y me ha gustado ese río que ojalá fuera el mío: el Segura que anda (o mejor no anda) seco y triste como un fantasma mojado. Y luego...Estar siempre a ras del suelo por luchar contra los defectos, algo desmoralizante, ¿no? Lo bueno, es lo segundo. Me gusta esa canción de ...-Vuela amigo, vuela alto// no seas gaviota en el mar// La gente tira a matar// cuando volamos muy bajo...En efecto: no hay vuelo sin altura.
ResponderEliminarSaludos de una entrometida, Carmen Sabater
Gracias Carmen, tu visita da sentido a mi ocio solitario. Ya estaré leyéndote con más tiempo, me parece sumamente interesante, Saludos.
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