Me entusiasmó ver los mimos que le prodigaste y el monólogo que entretejías escudriñando sus miradas fijas y deslumbrantes.
Me imaginé una secuencia de dibujos animados entre tú y el pobre felino casero.
Tú con tu realismo sarcástico apabullándole con tantas preguntas y el cantarín zalamero ideando con lenguaje humano su consabido historial doméstico, solitario y casto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario